En la Asesoría de Imagen, cada detalle comunica. Y aunque solemos pensar primero en la ropa, el peinado también cumple un rol clave: puede equilibrar proporciones, destacar zonas del cuerpo o suavizar líneas según el escote que elijas.

Escote en V

Es uno de los más favorecedores y versátiles. Su forma alarga el cuello, estiliza la figura y genera una línea visual descendente muy elegante. Para acompañarlo, los peinados que despejan la zona del escote funcionan especialmente bien: recogidos altos, semirrecogidos o melenas con ondas suaves que caen sobre los hombros sin cubrirlos por completo. Esta apertura mantiene la sensación de verticalidad y resalta el cuello con naturalidad. Si sumás accesorios, los aros largos o los collares en cascada acentúan ese efecto.

Escote redondo

Transmite suavidad, feminidad y equilibrio. En este caso, conviene compensar las líneas curvas del escote con algo de altura o volumen en el peinado, para alargar visualmente el rostro. Un rodete alto, ondas amplias o un peinado con movimiento en la parte superior son opciones que aportan armonía. Lo importante es no cubrir completamente el cuello, ya que la idea es abrir la zona y dejar respirar el diseño del escote. Los collares cortos o las gargantillas, por su parte, refuerzan la sensación de redondez sin sobrecargar.

Escote cuadrado

De líneas marcadas y estructura definida, este escote realza los hombros y las clavículas, proyectando una imagen sofisticada y elegante. Para acompañarlo, los peinados prolijos y simétricos son los más acertados: un suelto liso, una cola baja con raya al medio o un recogido pulido que respete la geometría del escote. Si buscás suavizar el conjunto, podés dejar algunos mechones sueltos o sumar ondas sutiles. Los accesorios rectos o geométricos mantienen la coherencia visual y refuerzan su carácter.

Escote strapless

Despeja por completo los hombros y el cuello, concentrando la atención en la parte superior del cuerpo. Es una opción sensual y elegante, ideal para lucir la piel y las clavículas. Los peinados que enmarcan el rostro, como ondas sueltas, trenzas laterales o recogidos bajos con mechones sueltos, equilibran la proporción entre cuello y escote, sin restar protagonismo al diseño. Si querés un acabado más glamuroso, un rodete alto o un peinado tirante estiliza la figura y aporta un aire sofisticado. La clave está en mantener el cabello pulido y con brillo para potenciar el efecto limpio del escote.

El peinado correcto puede potenciar o arruinar el efecto de un escote. Cuando ambos trabajan en conjunto, lográs equilibrio, coherencia estética y un estilo que comunica con intención.