Your cart is currently empty!
30%OFF en BRUNCH DE DISEÑO ✨🤩 – RESERVÁ ACÁ TU LUGAR

El color tiene poder: puede realzar tus rasgos, equilibrar proporciones y comunicar una identidad. Pero cuando lo usamos sin estrategia, puede generar el efecto contrario.
En asesoría de imagen, entender cómo aplicar el color es clave para transmitir lo que queremos (sin perder armonía). Te contamos los 5 errores más comunes al usar color, y cómo podés evitarlos para lograr combinaciones más equilibradas y personales.
1. Usar colores que no armonizan con tu tono de piel
¿Alguna vez te probaste una remera y sentiste que “te hacía cara de cansada”?
Probablemente no era el diseño, sino el color. Cada piel tiene una temperatura (fría o cálida) y una intensidad distinta.
TIP: cuando no sabés si un color te favorece, acercalo al rostro con buena luz natural. Si tu piel se ve más pareja y tus ojos resaltan, ese color es para vos.
2. No tener en cuenta tu nivel de contraste
El contraste personal es la diferencia entre el color de tu piel, cabello y ojos.
Cuando sientas que un look “te apaga”, probablemente el contraste sea muy fuerte para vos.

3. Usar demasiados colores en un mismo look
Sí, el color da vida, pero todo junto no funciona. Cuando mezclamos más de tres tonos intensos, el ojo no sabe a dónde mirar y se pierde el foco.
La clave está en la regla del 60-30-10: Elegí un color protagonista y dejá que el resto acompañe

4. Elegir colores sin pensar en lo que comunican
El color no solo se ve, también se siente. Un look total black puede proyectar autoridad y elegancia, en cambio uno pastel, cercanía y calma.
Antes de vestirte, preguntate qué querés transmitir. El color puede ser tu mejor herramienta de comunicación.
5. No adaptar los colores al contexto
El entorno también influye.Un fucsia puede verse increíble en un evento creativo, pero chocar en una reunión formal. De la misma forma, un look en tonos neutros puede pasar desapercibido si tu objetivo es destacar.
Los colores vibrantes funcionan muy bien en entornos informales o artísticos, mientras que los neutros comunican sobriedad y profesionalismo.
El color puede transformar tu imagen si aprendés a usarlo con criterio. Conocer tu paleta, tu contraste y el mensaje que querés dar es el primer paso para construir un estilo coherente, equilibrado y con identidad.