Sí, lo sabemos. Combinar estampados puede parecer arriesgado…
Pero la realidad es que, con un par de reglas básicas, puede convertirse en una de las herramientas más potentes para armar looks con identidad y mucha onda.
¿Pensás que es algo solo para pasarelas o editoriales de moda? Esta guía va a demostrarte que también podés aplicarlo en tu día a día, y con resultados increíbles.
Spoiler: después de probarlo, no vas a querer dejar de hacerlo.
1- Mismo color, distinto estampado: La forma más fácil de empezar: elegí dos estampados diferentes que compartan al menos un color predominante. Así mantenés la armonía visual sin perder originalidad.
2- Mismo print, distinto tamaño: Jugá con escalas, un mismo estampado puede repetirse en distintas proporciones. Por ejemplo, lunares grandes en la parte superior y pequeños en la parte inferior. Esta combinación genera un efecto visual interesante y equilibrado sin saturar
3- Apostá por los contrastes: ¿Querés salir de lo clásico? Mezclá rayas con animal print, cuadros con flores o estampados gráficos con diseños más sutiles. Buscá compensar: si un estampado resalta más, equilibralo con otro más discreto para lograr armonía.
La clave está en buscar un hilo conductor: puede ser un color en común, una forma parecida o incluso una energía que los conecte.
Tus looks pueden ser mucho más que combinaciones de prendas: pueden comunicar tu identidad.
Y dominar este tipo de herramientas es el primer paso para construir un estilo único, auténtico y profesional.
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