Your cart is currently empty!
30%OFF en BRUNCH DE DISEÑO ✨🤩 – RESERVÁ ACÁ TU LUGAR

Hacer limpieza de placard no se trata solo de liberar espacio, sino de reconectar con quién sos hoy y cómo querés expresarlo.
Estas cuatro preguntas te van a ayudar a hacerlo con intención, sin culpa y con propósito..A veces, el problema no es la falta de ropa, sino el exceso de prendas que ya no representan quiénes somos.
La ropa guarda historias, momentos, etapas. Pero así como cambiamos nosotros, también cambia nuestra forma de vestirnos. Hacer limpieza no tiene que ser sinónimo de desapego forzado ni de vacío, puede ser una práctica de claridad, estilo y autoconocimiento.
Estas cuatro preguntas simples te van a guiar para que tus prendas vuelvan a reflejar tu estilo sin drama, sin culpa y con más espacio para lo nuevo.
Si ya olvidaste la última vez que lo usaste, pasó más de un año o solo te lo pusiste una vez, esa prenda merece una revisión. Preguntate si realmente tiene un rol en tu rutina actual o si simplemente quedó ahí “por las dudas”. Si no la elegís naturalmente al vestirte, probablemente ya no forma parte de tu estilo.
El entusiasmo es una señal clave. Si al pensar en volver a usar esa prenda no te emociona, no combina con nada o no te inspira, entonces ya cumplió su ciclo. A veces la conservamos por compromiso o nostalgia, pero si no te dan ganas de usarla, no debería ocupar espacio importante.
Si tuvieras la oportunidad de volver a comprar esa prenda, ¿lo harías?. Esta pregunta es perfecta para cuando estás en duda. Si tu respuesta es no, probablemente ya no conecta con tu estilo actual. Tu placard tiene que representar tus elecciones presentes, no tus gustos del pasado.
Podés amar cómo se ve colgada, pero si al usarla no te sentís cómoda o al mirarte al espejo querés sacártela enseguida, entonces no es para vos. La ropa no solo se ve: se siente.
Tu placard tiene que estar pensado para la persona que sos hoy, y cada prenda debería aportarte seguridad, bienestar y coherencia visual.

Despedirse no significa desechar. Hay muchas formas de darle una segunda vida a las prendas:
Donar: Buscá fundaciones, refugios o campañas locales que reciban ropa limpia y en buen estado. En Argentina, organizaciones como Fundación Si, Red Solidaria o Cáritas suelen recibir donaciones durante todo el año.
Intercambiar: Cada vez más ferias y proyectos locales ofrecen espacios de swap (intercambio de prendas). Podés llevar tu ropa y elegir otras piezas que te inspiren, sin gastar y de forma sustentable.
Vender o consignar: Plataformas como Renová tu Vestidor te permiten vender lo que ya no usás. También existen showrooms de segunda mano donde podés dejar tus prendas a consignación.
Regalar conscientemente: A veces, lo mejor que podés hacer con una prenda es entregársela a alguien que sabés que la va a disfrutar o la necesita. El objetivo no es acumular, sino circular la energía de la ropa.
Limpiar tu placard es una forma de soltar lo que ya no te representa y abrir espacio a nuevas versiones de vos, lo ideal es que lo hagas cada 3 a 6 meses para renovar tu espacio y estilo. Porque vestirse bien no es tener más ropa, sino tener las prendas adecuadas para quién sos ahora.